Seleccionar una herramienta para el trampeo y monitoreo de plagas voladoras como los trips o las moscas blancas, podría parecer algo sencillo; sin embargo, los atributos de las herramientas que elijas, como el color y su intensidad o la calidad de su pegamento, determinarán el éxito o fracaso de tu estrategia de manejo integrado de plagas (MIP).
El monitoreo es la base de un programa MIP. Esta actividad nos ayuda a determinar la presencia y comportamiento de las poblaciones de diferentes plagas. Cuando se trata de plagas voladoras como los trips o las moscas blancas, lo ideal es utilizar trampas cromáticas adhesivas para monitorear la evolución de las infestaciones de estos insectos, intervenir rápidamente y adoptar estrategias de control específicas. Un buen monitoreo contribuye a preservar a los enemigos naturales ya que el agricultor evita hacer aplicaciones tempranas de insecticidas que pueden dañar a los insectos benéficos. Además de monitorear, las trampas cromáticas se pueden utilizar para la captura masiva de insectos y así reducir la población de los adultos. También nos ayudan a detectar las zonas de entrada y de mayor infestación dentro del cultivo. Por estas razones, al elegir la herramienta adecuada debemos tomar en cuenta lo siguiente.
Define el objetivo de tu estrategia
Podemos usar trampas cromáticas para la detección y delimitación de plagas voladoras. Los tipos de trampeo y sus objetivos pueden variar dependiendo de la situación del cultivo. Por ejemplo, para una zona libre de plagas, el trampeo se utiliza de manera preventiva con el objetivo de detectarlas oportunamente y minimizar el riesgo de su introducción y dispersión. Una vez que se da la incursión de la plaga en el cultivo, el trampeo se utiliza para establecer los límites de una posible dispersión de la plaga.
En las áreas infestadas, el trampeo tiene como objetivo determinar la presencia de especies y monitorear sus densidades en relación con la fenología de los hospederos, con lo que resulta posible predecir futuros movimientos de la plaga.
Una vez que determines tu objetivo, deberás escoger una herramienta que asegure el éxito de tu estrategia. Para esto, debes poner atención en el color de la trampa y la calidad de su pegamento.
El color y su intensidad importan en la captura de insectos
Los insectos tienen un rango más amplio de percepción del color, por lo tanto, detectan un mayor número de colores que van desde ultravioletas hasta el rojo. No todas las longitudes de onda son igualmente estimulantes, incluso algunas pueden repelerlos. Las que más atraen a los insectos van desde 3650, 4920, 5150 y 5500 unidades ángstrom.
Si bien los colores azules y amarillos son utilizados comúnmente para la captura de trips y moscas blancas, también pueden utilizarse otros colores para capturar otras especies de plagas. Definitivamente, el color y su intensidad son atributos esenciales a la hora de elegir una herramienta en el mercado.
Calidad del pegamento
Además de poner atención en el color y su intensidad, la calidad del pegamento es otra característica que se debe cuidar al momento de escoger una trampa. La densidad es importante ya que favorece la durabilidad y la captura de insectos plaga. El pegamento debe de ser resistente a la variabilidad de las temperaturas y humedad que se registren en el entorno del cultivo.
Sumado a estos dos principales atributos, el tamaño de la trampa según el objetivo que se plantee nos ayudará a mejorar la practicidad de su colocación y manipulación durante su despliegue en el cultivo.
Koppert produce trampas cromáticas adhesivas y las comercializa bajo la marca Horiver. Además de los ya conocidos colores azules y amarillos, ahora contamos con una gama diversa que abarca otras plagas.