Así como los humanos, un cultivo de tomate puede ser afectado por diversas enfermedades dependiendo de las circunstancias. Todo productor debe de tener un as bajo la manga para defender su producción contra las enfermedades de la cenicilla y la Botrytis, dos de las más importantes y comunes en los cultivos de tomate. Una estrategia a largo plazo es la mejor opción para tener éxito.
Botrytis
La Botrytis es un reto para casi todo productor, este hongo mata las células de las plantas y vive del contenido de estas células muertas. Las áreas afectadas se extienden rápidamente y causan mucho daño, especialmente si es en el tallo.
Las esporas de Botrytis solo pueden germinar bajo condiciones húmedas, en plantas mojadas o cuando el nivel de humedad es muy alto. Las heridas mojadas también son su lugar favorito y la intervención química es inevitable en casos muy serios. Antes de que esto suceda, hay otras alternativas para prevenirlo. El primer paso es evitar las condiciones favorables para la germinación, esto significa controlar específicamente el clima del invernadero y, sobre todo, prevenir los puntos mojados y fríos. Únicamente poda las hojas si las heridas pueden secarse rápidamente y usa un cuchillo para crear superficies rectas (se secan más rápido que las heridas deshilachadas).
También hay un gran rango de productos para fortalecer la planta. Adicionalmente está la fertilización con calcio y silicón, la cual genera resistencia en las paredes celulares. Las aplicaciones de Trianum-P -nuestra cepa del hongo Trichoderma harzianum- mejoran la absorción de nutrientes y genera protección contra el hongo patógeno.
Cenicilla
En general, el método para combatir la cenicilla no difiere mucho del de Botrytis. Hay diferentes tipos de hongo que causan la cenicilla, la cual se establece en células vivas. Todas tienen la apariencia de polvo blanco y varios de ellos al afectar las hojas las vuelven amarillas y provocan deshoje. ¡Una infestación seria de cenicilla puede tener graves consecuencias en tu producción!
Es esencial tomar acción en cuanto aparezcan los primeros síntomas, de lo contrario será difícil controlar la situación posteriormente. Como hemos mencionado anteriormente, prevenir siempre será mejor que curar. Además de las medidas anteriores, aplicar azufre también puede ayudar. No obstante, mantén en mente que algunos enemigos naturales son sensibles a éste.
¡Prevenir, prevenir y prevenir!
La mejor manera de combatir la contaminación por hongos o bacterias es la prevención. Esto lo puedes lograr mediante la aplicación de un desinfectante que te ayude a generar condiciones de oxidación del medio en donde sea aplicado, impidiendo la proliferación de microorganismos indeseados. Nuestro Microclean es una buena alternativa, ya que te ayuda a controlar el desarrollo de flora microbiana nociva en la pre y poscosecha. Su uso está aprobado para la agricultura orgánica.