
El sector agrícola enfrenta constantemente nuevos desafíos y la aparición de una nueva cepa de Myzus persicae no es la excepción. Esto ha llevado a los productores y expertos de la industria a replantear sus estrategias de control de plagas. Esta nueva cepa de pulgón genera preocupación debido a su creciente resistencia a los tratamientos químicos y a su rápida tasa de desarrollo. A medida que la plaga continúa propagándose, el mercado comienza a reaccionar, aunque los niveles de conocimiento y preparación varían considerablemente.

Un descubrimiento inesperado
Cuando la nueva cepa de Myzus apareció por primera vez, tomó por sorpresa a muchos productores. «Los agricultores aplicaban sus tratamientos y protocolos de control habituales contra Myzus, solo para descubrir que ya no eran efectivos», explica Francesco Bourlot, gerente de categoría de producto. Esto fue especialmente evidente en productos químicos como flonicamid, que anteriormente era confiable pero que de repente dejó de ofrecer control sobre las infestaciones.
La situación se tornó aún más preocupante cuando los productores observaron que esta nueva cepa tenía la capacidad de desarrollarse más rápido y colonizar los cultivos de manera más agresiva que su predecesora. Para cultivos bajo invernadero como pimientos, berenjenas, pepinos y diversas plantas ornamentales — que representan mercados clave en varias regiones — esta plaga supone una amenaza significativa.

Cambio de estrategias
Inicialmente, muchos productores intentaron incrementar la dosis o la frecuencia de las aplicaciones químicas. Sin embargo, esta estrategia tuvo resultados limitados, lo que llevó a un necesario cambio hacia métodos más sostenibles.
Aquellos agricultores que ya implementaban el uso de insectos benéficos comenzaron a ajustar sus protocolos, ya sea aumentando las dosis o introduciendo nuevas soluciones desarrolladas en los departamentos de Investigación y Desarrollo. Especies como Aphidius matricariae (Aphipar-M) han demostrado ser eficaces en el control de esta nueva cepa. «Quisiera enfatizar que la aplicación preventiva de organismos benéficos permite un control más eficiente y rentable de la plaga», destaca Bourlot. Este cambio de enfoque resalta la creciente importancia de las soluciones biológicas como parte de una estrategia de manejo integrado de plagas (MIP).
Diferencias en el nivel de conocimiento entre mercados
A pesar de su rápida propagación, el nivel de conocimiento sobre de esta cepa varía entre regiones. En naciones como los Países Bajos, donde se identificó por primera vez, el reconocimiento del problema es relativamente alto; sin embargo, en otras regiones, los productores apenas comienzan a conocerla. «Muchos agricultores notaban problemas inusuales en sus cultivos, pero no comprendían la causa», explica Bourlot. En numerosos casos, los análisis de muestras revelaron la presencia de esta nueva cepa, pero aún existe una brecha en la educación y concientización sobre el tema en muchas áreas.
La aparición de «Myzus 2.0» es un recordatorio de la cambiante dinámica del control de plagas y la importancia de las medidas preventivas. Para combatir eficazmente esta plaga, los productores requieren apoyo en dos áreas clave:
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Mayor concientización: Es fundamental educar a los agricultores sobre esta nueva cepa, su impacto y cómo identificarla a tiempo.
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Soluciones integradas: Fomentar el uso de insectos benéficos, protocolos adaptados y un monitoreo continuo será clave para gestionar este desafío de manera sostenible.

Nuestros consultores en las zonas afectadas pueden ayudar a identificar el problema a tiempo y aplicar los mejores protocolos para su control eficaz.
La nueva cepa de esta plaga nos obliga a ocuparnos. Es por eso que, actualmente, estamos desarrollando nuevas soluciones para complementar tus estrategias de control de pulgón. ¡Muy pronto podrás conocerlas!