General
La palomilla de la papa, a pesar de su nombre común, no sólo afecta a la papa, sino que es una plaga de los cultivos de la familia de las solanáceas. Los estadios inmaduros son los que realizan el daño, ya que invaden los tubérculos y, en el caso de la papa, se quedan dentro de ellos; esto es un gran problema cuando se utilizan los tubérculos como semillas, pues se mueve la plaga llegando a re-infestar o infestar un campo donde no había presencia de la palomilla. El monitoreo es clave para el control de la plaga, siendo utilizadas las feromonas como las herramientas de esta actividad al igual que un componente de control dentro del manejo integrado de plagas.
Ciclo de vida y aspecto del Palomilla de la papa
Los adultos depositan sus huevecillos en el follaje del cultivo, en el envés, o incluso en el tallo de la planta; en el caso de la papa, si aún no hay hojas disponibles, las hembras buscan ranuras en el suelo hasta llegar al tubérculo, en donde ovipositan en los “ojos” de las papas. Los huevecillos son ovales y con una coloración blanca aperlada, a amarillenta antes de la eclosión, la cual ocurre después de 5 días. Las larvas tienen el cuerpo color blanco o amarillo, con la cabeza café, y según vayan madurando su coloración cambia a rosa o verde; su ciclo larval tiene una duración de 13 a 33 días. El estadio pupal dura alrededor de 10 a 33 días, encontrándose las pupas presentes en el suelo, con una coloración amarillenta o café rojizo, de cuerpo estrecho. Los adultos, de alrededor de un centímetro de largo, son de color café pálido con un jaspeado oscuro y con un cuerpo delgado, el cual puede llegar a tener una envergadura de ala a ala de 15 a 17 mm; este estadio dura aproximadamente 10 días.
Síntomas y daños
El daño que provocan las larvas es el de minas en las hojas y/o debilitamiento del tallo, el cual puede llegar a trozarse. En el tubérculo de papa pueden llegar a notarse los caminos de alimentación de las orugas, los cuales sólo pueden ser detectados al abrir la papa; ambas cosas, los caminos y el corte de la papa, hacen que los tubérculos no sean comercializables, pues también se facilita la entrada de patógenos. Los daños más severos, económicamente, ocurren cuando se tienen los tubérculos en almacén, pues las larvas se mueven rápidamente, llegando a infestar todas las papas.